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¿Qué pasa cuando un alumno acaba el Bachillerato y va a la universidad? ¿Por qué no seguir sus pasos en la nueva etapa y acompañarlo en el proceso? Estas son las preguntas que se hicieron en el colegio Bética-Mudarra de Córdoba, donde han creado el Proyecto Ediw para continuar en contacto con los alumnos que inician el primer año de carrera y asesorarlos y apoyarlos en el proceso. Roberto Seoane, profesor del centro, nos cuenta en qué consiste exactamente el proyecto.

 

Pregunta. ¿Qué es el Proyecto EDIW?

R. Es un proyecto de la IT para acompañar a los antiguos alumnos de nuestros centros en el primer año de carrera, orientándolos o ayudándoles con distintos aspectos de su acceso a la universidad. 

P. ¿Desde cuándo y por qué hacéis esta tutorización a los alumnos de primero de carrera?

R. En el curso 2020-21 fue donde por primera vez presentamos a nuestros alumnos este proyecto.

P. ¿Son muchos los alumnos que os piden esta tutorización?

R. El primer año fueron muy pocos, quizás porque se lo presentamos muy tarde y ya estaban inmersos en el proceso de la PEVAU. Este año lo hemos presentado dentro de las Jornadas de Orientación que promueve nuestro colegio, y se lo recordaremos nuevamente una vez terminados los exámenes de Selectividad. Esperamos que haya un mayor seguimiento. 

P. Sin duda, el cambiar del colegio a la universidad no es un paso sencillo para algunas personas, ¿este seguimiento también busca mejorar la adaptación del alumno a este nuevo entorno?

R. Efectivamente, entendemos que este es el objetivo de este proyecto.

P. ¿Habéis notado que buenos estudiantes tienen un peor rendimiento en el primer año universitario y viceversa? ¿A qué creéis que se debe?

R. La información de este tipo que nos llega de nuestros antiguos estudiantes es sesgada, puesto que no hacemos un seguimiento sistemático de su desempeño en el primer año universitario. Sí es verdad que, desde el equipo de marketing del que formo parte, hemos visto la necesidad de hacer este tipo de seguimiento y elaborar una estadística al respecto que nos permita tener datos objetivos.

P. ¿Hacéis también algún tipo de orientación en cuanto a la elección de una carrera? No es raro que alguien descubra al empezar (o unos cursos más tarde) que lo que está estudiando no le gusta o no es lo que esperaba, ¿les aconsejáis en este aspecto si se da el caso?

R. Una de las labores prioritarias de nuestro departamento de orientación es acompañar a los alumnos en las distintas elecciones que tienen que tomar desde los primeros cursos de secundaria (optativas, itinerarios, etc.). Tanto desde tutoría, como con jornadas y otras actividades expresamente enfocadas a este objetivo, tratamos de ayudar a que reflexionen y tomen decisiones acertadas sobre su futuro académico y profesional. Entre estas actividades quiero destacar en los cursos de 1º y 2º de Bachillerato las Jornadas de Orientación Vocacional-Profesional que este año han alcanzado su XVIII edición y en la que vienen al colegio personas de distintos y muy variados ámbitos a informar y responder a todas las dudas que puedan tener nuestros alumnos de cara a su futuro no sólo universitario sino también post-universitario.

En los casos en los que tras comenzar una carrera se ponen en contacto con nosotros para solicitarnos orientación, procuramos ayudarles lo mejor que sabemos, pero la decisión de cómo orientar su futuro entendemos que tiene que ser suya finalmente.

P. ¿La elección de una carrera con 17-18 años os parece lógico o creéis que, como en Estados Unidos, debería haber algún curso de transición en el que el alumno va viendo lo que le gusta y lo que no y luego enfoca su carrera hacia ese área?

R. Más tarde o más temprano nuestros alumnos han de decidir cómo enfocar su futuro en distintos aspectos de la vida. Junto con las familias y su entorno social, entendemos que el colegio juega un importante papel en su toma de decisiones no sólo académicas o profesionales sino en otros aspectos de la vida que entendemos pueden ser tan importantes cómo éstos. Esperamos que nuestro trabajo les ayude a tener unos principios personales y unos criterios sólidos en los que apoyarse para tomar las difíciles decisiones que les esperan a lo largo de su vida.
Entre otras cosas, nuestros alumnos tienen claro que elegir una carrera determinada no es una decisión irrevocable que les impida cambiar el rumbo si lo estiman conveniente. Basándome en esto, y dando mi opinión a título personal, ya que no la hemos consensuado como centro, disponer de un curso de transición en la universidad podría ser una buena idea en algún caso particular, pero no me parece necesario para la totalidad de los alumnos. Algunos tienen clara su decisión desde mucho antes de terminar bachillerato y en la mayoría de las ocasiones la motivación que ésto supone y el refuerzo de estar estudiando lo que les interesa les lleva a obtener buenos resultados y reforzarse en su decisión.