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El próximo 5 de febrero a eso de las 9:30 de la mañana comenzará una nueva edición de la Cursa Arrels, que desde hace casi 42 años celebra la Escola Arrels de Barcelona. Y decimos “casi” porque en 2021 y 2022, debido al coronavirus, esta carrera escolar, la más antigua de la Ciudad Condal, tuvo que suspender esta tradición durante dos años, por lo que este 2023 celebrará la 40º edición que, por motivos evidentes, será muy especial.

Desde febrero de 2020, un mes antes del confinamiento, la Cursa Arrels ha esperado pacientemente a escuchar el pistoletazo de salida, en una jornada de celebración que reunirá a unos 500 corredores en total y aproximadamente 1000 personas entre participantes, acompañantes, personal del colegio y público del barrio del Congrés. Una carrera abierta a todos aquellos que quieran participar, independientemente de que estén ligados o no al centro. 

Por tres euros y medio, cualquier persona podrá ser parte de esta jornada de celebración familiar, que consta de un total de 24 carreras que abarcan desde el segundo ciclo de Educación Infantil (P3) hasta 4º de ESO en lo que respecta al alumnado y en la que también hay carreras específicas para los adultos, tanto para los padres como para los antiguos alumnos. 

El recorrido varía en función de la edad y las distancias van creciendo gradualmente según vamos avanzando de curso: así, los más peques corren 80 metros, en 3º de Primaria 630 m hasta llegar a 3º y 4º de ESO, cuyo recorrido son 1200 metros, el mismo que para los adultos, que abarca la manzana entera del colegio. Y, para no hacer distinciones, aunque las carreras están divididas entre categoría masculina y femenina, las distancias son exactamente las mismas para todos. 

Independientemente del recorrido, la línea de meta está situada en el patio del colegio y, aunque no son carreras competitivas y se trata de hacer deporte y pasar un rato agradable en compañía de los demás, se otorgan premios a los tres primeros de cada carrera, menos en Infantil, donde todos sin excepción reciben una medalla por su participación. Además, los comercios del barrio y otras empresas colaboradoras donan una serie de productos que dividen en lotes y sortean entre los asistentes. 

Todos los niños se llevan su bolsa de obsequios, donde este año no faltará una camiseta conmemorativa gracias a la empresa Fincas San Andrés, propiedad de la familia Romero muy ligada a la Escola Arrels y a la fundación InteRed de la Institución Teresiana. Y es que son muchas las empresas y entidades colaboradoras, empezando por el propio Ayuntamiento de Barcelona —que, además de dar el correspondiente permiso para la celebración del evento, subvenciona unos trofeos— y terminando por la propia Generalitat, que cede material como pancartas o cintas para delimitar el recorrido. 

Para este día tan especial, en el que se vive un ambiente de alegría y celebración, como no puede ser de otra manera, los alumnos de 4º de ESO, los mayores de la Escola Arrels —no hay Bachillerato en el centro— aprovechan para montar un pequeño mercadillo en el que venden almuerzo, pasteles y otros objetos, cuya recaudación va a parar al fondo destinado para sufragar su viaje de fin de curso. 

Porque la 40º edición se ha hecho esperar, pero todo está ya preparado para que este próximo 5 de febrero alumnos, padres, antiguos alumnos, profesores y todos aquellos que quieran participar, se aten sus zapatillas, se coloquen en la línea de salida preparados para escuchar el silbato que dará inicio a la edición que debió celebrarse en 2021 pero no fue. Hasta este 2023, donde la meta es muy clara: que se celebren otras cuarenta Cursa Arrels.