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El curso escolar 2024-2025 en los centros de la Institución Teresiana llega con un lema claro y transformador: “aJUSTA la mirada”. Este lema es una invitación a todos los miembros de la comunidad educativa a revisar cómo observamos el mundo, identificar las injusticias y responder a ellas con compromiso y alegría. Como explica Almudena Colorado, directora del área de pastoral y miembro del equipo de titularidad de la Institución, este proceso de ajuste de la mirada se trabajará en tres etapas fundamentales: SUBE, MIRA y BAJA, inspiradas en el Evangelio de Zaqueo. Cada uno de estos pasos marcará el hilo conductor de las tres evaluaciones del curso, a través de actividades y momentos de reflexión que guiarán a los alumnos en su crecimiento espiritual y social.

Primera evaluación: sube al árbol

La primera evaluación nos invita a “subir al árbol”, al igual que Zaqueo lo hizo para poder ver a Jesús (Lc 19, 2-4). Este acto simbólico nos llama a alejarnos de nuestras seguridades y a salir de nuestra zona de confort para ver la realidad desde una nueva perspectiva. Pedro Poveda también vivió su “subida al árbol” cuando subió a la alcazaba de Guadix, desde donde pudo observar las necesidades de las personas que vivían en las cuevas.

Durante esta evaluación, colocaremos una escalera en nuestro árbol, reflexionando sobre las barreras que nos impiden ver más allá de lo inmediato y qué podemos hacer para superar esos límites. ¿Qué necesitamos para salir de nuestras rutinas y observar el mundo con una mirada más amplia? Este será el primer paso para empezar a transformar nuestra forma de ver y de vivir.

Segunda evaluación: ajusta tu mirada

La segunda evaluación se centra en “ajustar nuestra mirada”, inspirada en el momento en que Jesús miró a Zaqueo desde el árbol (Lc 19, 5). Pedro Poveda también ajustó su mirada desde lo alto de la alcazaba, donde vio lo que otros no querían ver: la falta de acceso a la educación de muchos niños y niñas. De la misma forma, estamos llamados a observar con más atención las realidades de nuestro entorno, sobre todo aquellas que requieren de nuestra acción para llevar justicia y esperanza.

En esta evaluación, colocaremos unas gafas en lo alto de nuestro árbol, como símbolo de esa nueva forma de mirar el mundo. Con ellas, afinaremos nuestra percepción de las injusticias que nos rodean, reflexionaremos sobre cómo podemos llevar justicia a donde es necesario, y nos dejaremos transformar por la mirada de Jesús, que nos impulsa a actuar con empatía y compromiso.

Tercera evaluación: baja con urgencia y alegría

Finalmente, la tercera evaluación nos invita a “bajar del árbol” con urgencia y alegría, como hizo Zaqueo cuando Jesús le llamó (Lc 19, 6-8). Descender no significa retirarse, sino actuar con decisión y entusiasmo. Pedro Poveda también bajó a las cuevas de Guadix para vivir junto a las personas, transformando su realidad desde dentro. Este es el llamado a pisar el terreno, a ensuciarnos las manos y a actuar donde es necesario.

Para simbolizar este compromiso, en esta evaluación colocaremos un tobogán en nuestro árbol, representando la rapidez y alegría con la que debemos responder a las necesidades de nuestro entorno. Actuaremos con el impulso del Espíritu, con la alegría que surge al hacer el bien, y nos comprometemos a trabajar por la justicia con responsabilidad y creatividad.

Durante todo el curso, nos acompañará la figura de Ángeles Galino, una mujer que encarnó a la perfección los tres pasos que trabajamos. Ella “subió al árbol” al estudiar y prepararse para conocer el mundo, “ajustó su mirada” observando las injusticias que la rodeaban, y “bajó” para actuar, dedicando su vida a la educación y al compromiso social. Su legado es un ejemplo de cómo ajustar la mirada y transformar la realidad desde la cercanía, el compromiso y la fe.

Como nos recuerda Almudena Colorado, este curso es una oportunidad para abrir los ojos, ajustar nuestra mirada y actuar con urgencia y alegría. Siguiendo el ejemplo de Zaqueo y Pedro Poveda, estamos llamados a subir, mirar y bajar, respondiendo a las necesidades del mundo con fe y compromiso. Al igual que nos expresó Gregoria Ruiz, Directora General de la Institución Teresiana, en su carta del año: “Enraizados en el don recibido. Nuevo comienzo, nuevas llamadas”, tengamos el valor de dejarnos transformar por la realidad que nos rodea. Este curso, ¡aJUSTAremos la mirada!