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La importancia de acompañar y asesorar a los alumnos y alumnas a la hora de escoger su futuro profesional es fundamental para que sepan tomar la decisión correcta. Se trata de un camino que ha de ser conjunto, entre padres y madres, profesores y el propio alumno o alumna, para poder ayudarles de la mejor manera.

En un momento en el que la oferta es tan amplía, en ocasiones, elegir destino se complica mucho.

Hablamos con Paula Ibáñez, orientadora del departamento de Orientación del Colegio El Armelar.

 

 - ¿En qué consiste vuestra labor durante los tres últimos años de formación en cuanto a orientación vocacional?

Nuestro programa es un proceso continuo, planificado y sistemático que abarca tres años. Lo contemplamos desde 3º de la ESO, que es cuando empezamos a hacer cuestionarios de autoconocimiento enmarcado en las áreas vocacionales. 

Su finalidad es ayudar al alumnado a potenciar su autoconocimiento y a trasladarle el conocimiento del mundo académico y laboral suficiente para que pueda adoptar la mejor decisión sobre su futuro vocacional.

Nuestra labor consiste en acompañar durante este proceso y, para eso, contamos con colaboración de los profesores a través de sesiones de orientación y tutorías.

 

 - ¿Qué importancia tiene esta orientación? 

Es fundamental. Nuestro modo de acompañar es desde el desarrollo integral del alumno o alumna. No solo se trata de trabajar su parte vocacional sino el que pueda dar lo mejor de sí mismo y potenciar sus habilidades y talentos. Que se planten: en qué soy bueno, dónde soy más fuerte, dónde puedo aportar mi servicio a la sociedad.

Tienen que ser conscientes de que tienen que ver a qué enfocarse y ver a lo que han sido llamados a ser en este mundo. Necesitan tener autoestima para saber tomar decisiones correctas y dar lo mejor de ellos mismos, su mejor versión.

 

 - ¿Los alumnos y alumnas suelen tener clara su vocación?

Cada vez lo tienen menos claro. En cursos de la ESO se ven más influenciados y atraídos por el mundo de las redes sociales: youtubers, influencers o streamers. A la entrada en bachillerato estas influencias se ven menos, pero al tener tanta oferta educativa y con tantos matices se les hace muy complicado elegir. 

Hay casos que lo tienen muy claro pero la mayoría tienen demasiada información y oferta y provoca que no sepan hacía donde dirigirse. Creemos que es bueno que se les oriente desde el colegio y en casa, pero también darles esa autonomía para que busquen ellos información sobre lo que les interesa y ver qué quieren ser y cómo lograrlo.


La selectividad es un momento dónde se juegan su futuro ¿se les da también apoyo psicológico?

Se hace ese apoyo desde siempre. No solo en la PAU. Desde orientación siempre acompañamos al alumnado en procesos personales y académicos que, en la mayoría de las ocasiones, va de la mano. Queremos que sean conscientes de que no se juegan su futuro. Los caminos son inescrutables y la vida les puede ir moviendo de un lado a otro. 

Creo que se la juegan más –si se profundiza– en cómo toman las decisiones. Es muy importante que basen sus decisiones en una buena información y en un buen asesoramiento por parte de las familias y el centro que los conoce. Les apoyamos desde el departamento de orientación al que vienen ya en bachillerato para buscar ese apoyo y asesoramiento que necesitan. 

Les explicamos que la PAU es un puente que realizan durante todo el bachiller y que ése es el broche final al trabajo bien hecho.


- ¿Qué más actividades tenéis preparadas antes de que acabe el curso?

Hacemos muchísimas, entre ellas, jornadas con expertos profesionales vinculados al centro; salidas a las universidades públicas; ferias de estudios con antiguos alumnos que pueden orientarles, tutorías grupales…

Son diversas las actividades para que ellos tengan todas las herramientas posibles para tomar la mejor decisión sobre su futuro.